Lluvias torrenciales y DANAs: el gran desafío del seguro y la peritación en España

Cómo impactan los fenómenos extremos en la siniestralidad, el seguro de autos y el trabajo pericial.

Un otoño marcado por los fenómenos extremos

Las lluvias otoñales vuelven a poner a prueba la capacidad de respuesta del sector asegurador y de los profesionales de la peritación.
Los fenómenos meteorológicos intensos —especialmente las DANAs (Depresiones Aisladas en Niveles Altos)— se han convertido en uno de los principales factores de riesgo para hogares, empresas y vehículos en nuestro país.

Según los últimos datos publicados por UNESPA, las aseguradoras españolas abonaron en 2024 más de 561 millones de euros por 721.000 siniestros vinculados al clima.
De ellos, el 59 % estuvieron relacionados con la lluvia, y más del 40 % del importe total se destinó a compensar daños causados por precipitaciones torrenciales.

El papel del perito en la gestión de siniestros

En este contexto, la labor pericial es esencial.
Ante un volumen tan elevado de reclamaciones, los peritos especializados determinan el alcance real de los daños, la viabilidad técnica de las reparaciones y la correcta aplicación de coberturas.

Además, la coordinación entre gabinetes periciales, talleres y aseguradoras permite agilizar los procesos y evitar el agravamiento de daños.

La adopción de herramientas como la video-peritación, los informes digitales y las inspecciones remotas ha supuesto un avance notable en la eficiencia del sector, permitiendo intervenir con rapidez en zonas afectadas por catástrofes naturales.

Prevención y cultura del riesgo

Más allá de la gestión del siniestro, el gran reto del sector está en la prevención.
El mantenimiento de cubiertas, sistemas de drenaje, garajes y vehículos, así como la concienciación sobre las limitaciones de las pólizas ante fenómenos naturales, resultan fundamentales para reducir la exposición al riesgo.

El Consorcio de Compensación de Seguros sigue siendo una pieza clave del sistema español, asumiendo una parte significativa de las indemnizaciones por daños extraordinarios, aunque el creciente número de episodios climáticos plantea el reto de garantizar la sostenibilidad del modelo a medio plazo.

Conclusión

Las lluvias torrenciales y las DANAs ya no son fenómenos excepcionales.
Se han convertido en una realidad recurrente que exige al sector asegurador y a los gabinetes periciales una respuesta rápida, técnica y coordinada.
La tecnología, la formación continua y la anticipación serán claves para transformar este desafío en una oportunidad de crecimiento y especialización.

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